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No confundir con Guerra Secreta.

La Guerra Silenciosa (Silent War en ikernés) fue un conflicto bélico de escasa repercusión internacional -de ahí su nombre- que mantuvieron la República de Lucas y el Principado de David durante el mes de finalidor del año 8 a causa de la invasión de Isla David por parte de los primeros.

La Alidaim nombró a este repentino enfrentamiento como "Guerra Silenciosa" debido a que se desarrolló en un momento de baja actividad diplomática y ambos estados mantuvieron en todo momento el conflicto en un segundo plano internacional, sin "hacer demasiado ruido" en sus enfrentamientos. La Guerra Silenciosa no será recordada como una de las más importantes de la historia, pero sin duda sus consecuencias se harán notar en una hipotética IX Era Internacional.

La República de Lucas se hizo con la victoria, lo que le valió la conquista de toda la isla.

Antecedentes[]

El 28 de comenzador del año 8, en plena VIII Era Internacional, el Reino de Yeray invadía nuevamente la isla de Cínarot, en la que había resistido la República de Lucas todos sus ataques, con la ayuda de aviones olayanos y nicoleses. La RLU, que tenía la práctica totalidad de su ejército desplegado en intervenciones extranjeras, fue incapaz de defenderse ante este nuevo ataque y el 7 de veranés el Gobierno Lucasino, viendo que la Batalla de Lublin estaba perdida, tomó la decisión de retirarse a la Base de Everford.

El 10 de veranés, tras una intervención diplomática de la República de David, el Imperio de Manuel accede a entregar la mitad oriental de su estado al Gobierno Lucasino, que establece allí sus nuevos dominios. Al día siguiente emergía Isla Nueva, y varios estados, entre ellos la RLU y el PDA, se lanzaron a su colonización. La operación les salió bien a los lucasinos, y pudieron establecer el Área 52 en las montañas interiores de la gran isla. La recuperación lucasina empezaba y el gobierno de Nueva Lublin se vio lo suficientemente poderoso como para declarar la guerra al Principado de David y enfrentarlo en Isla Nueva. Tras la Batalla del Cox y diversas emboscadas posteriores, los davidianos se retiraron de Isla Nueva y comenzaron a prepararse para un posible ataque a su isla.

El Príncipe David accedió a ceder cinco kilómetros cuadrados del sur de Isla David a la República de Lucas para la construcción de una base militar, a condición de no ser atacados. El 3 de finalidor, tras un par de meses de recuperación económica y militar, el Gobierno Lucasino canceló su tratado de no agresión y comenzó la invasión de la isla por tres lugares diferentes.

Desarrollo[]

El Alto Mando lucasino planeó el ataque a Isla David por tres lugares diferentes. El Escuadrón Negro, un grupo de élite del Ejército de Tierra Lucasino, se infiltraría en Obuccine e intentaría tomar la ciudad rápidamente, mientras el resto del Ejército Lucasino y más de 30.000 mercenarios conquistaban las costas norte y sur del país.

Obuccine[]

El Escuadrón Negro llegó a la capital davidiana a las 17:21, y cuatro minutos después comenzó el asalto al Parlamento Davidiano. Se esperaba una reacción por parte del ejército defensor, pero no que los davidianos mandasen a más de 10.000 soldados a eliminar a los invasores. El Escuadrón Negro fue derrotado en la Batalla del Parlamento de Obuccine, pero su acción resultó ser una maniobra de distracción excepcional. El Principado de David no se esperaba el ataque, y mucho menos una agresión por dos frentes distintos.

El frente norte[]

En el norte de Isla David fueron desplegados unos 24.000 soldados con el objetivo de avanzar todo lo rápido posible hacia Obuccine -ya que se sabía que habría más resistencia en el sur- y conquistar la ciudad obligando al país a rendirse. El día 8 de finalidor estos 24.000 soldados se lanzaron al cerco y ataque de una importante ciudad davidiana, Lagrange.

Lagrange[]

En la mañana del día 9 de finalidor, el Ejército Lucasino comenzaba a bombardear Lagrange. El Alto Mando Davidiano decide que los 16.000 soldados que hay defendiendo la ciudad salieran a combatir al enemigo para reducir los daños en una ciudad muy poco protegida, y eso hicieron. Se inició entonces la Batalla de Lagrange, en la que, al mismo tiempo que el ejército apostado en la ciudad salía de ella y atacaba el cerco de los lucasinos, unos 6.500 soldados davidianos acudían desde Obuccine en ayuda de Lagrange. Las dos fuerzas fueron derrotadas debido a las precauciones del coronel lucasino André Smith, que dejó refuerzos en la retaguardia imaginándose un ataque similar. A las 22:05, las tropas lucasinas entraban en Lagrange ya sin oposición. Allí, ordenaron la evacuación de los heridos e iniciaron una operación de auxilio a la ciudad, que había quedado parcialmente destruida tras el bombardeo. Se lanzaron docenas de cajas de suministros que los soldados repartieron entre una población civil muy extrañada por la ayuda de sus invasores.

Durante la noche, diversos altercados dejan 26 fallecidos, 12 de ellos soldados lucasinos.

En la mañana del día 10, el Príncipe David comparece desde Puerto Martín para afirmar que “se seguirá luchando y se recuperarán Lagrange y las demás tierras robadas”, pero los lucasinos, tras tomarse un día de descanso, continuaron el 11 su avance por el norte hacia Obuccine. Durante el día 16, los soldados lucasinos del frente norte llegaron a las cercanías de la capital davidiana.

Para el día 21, las tareas de reconstrucción de Obuccine eran evidentes, y gran parte del norte de Isla David estaba ya bajo control lucasino.

El frente sur[]

El Principado de David intentó frenar el desembarco de soldados en sus costas, pero no tenía la logística ni el material militar necesario para llevar a cabo una operación de defensa contundente. El día 4 los davidianos tuvieron que retirar sus barcos tras la escaramuza naval de Southstone, en la que fueron hundidos tres barcos del PDA. El día 6 los cerca de 54.000 soldados lucasinos que habían sido desplegados al sur de Isla David obtuvieron una victoria táctica al apoderarse de la villa de Oacknee, un importante enclave de carreteras.

Tras varios días de enfrentamientos intrascendentes en el sur de Isla David, el coronel lucasino Steve Aokee decide no lanzarse al ataque de la ciudad de Gaboa, sino aislarla del resto del territorio davidiano para que se rindiera por sus propios medios. La estrategia dependía de que los lucasinos lograsen derrotar a las tropas de retaguardia davidianas, pero los poco más de 3.000 soldados no fueron rivales para los más de 20.000 lucasinos que ejecutaron dicho plan en la Batalla de Schäpp. Aokee destruyó los depósitos de suministros de Gaboa y calculó que la ciudad se rendiría en dos o tres días. Tras hacerlo tenía pensado continuar su avance hacia el norte, pero el día 13 el Alto Mando Lucasino ordenaba el ataque a la ciudad. La Batalla de Gaboa fue un desastre para las tropas lucasinas, y le costó la vida al coronel Aokee. La derrota convenció a los lucasinos de que era mejor estrategia cercar Gaboa y continuar hacia el norte, donde ya controlaban Lagrange y una buena extensión de terreno.

Los frentes se unen[]

El día 22, con ya prácticamente la totalidad de Isla David -excepto Gaboa, Obuccine y el pequeño pueblo de Gatecoast- en manos de la República de Lucas, el Principado de Martín, donde sigue exiliado el Príncipe David, envía dos aviones de suministros a la capital. La República de Lucas intenta evitar su aterrizaje atacando el convoy y lo logra, al menos en parte. Uno de los aviones es destruido, y el segundo llevaba casi exclusivamente agua potable. El coste para la RLU fue notable, ya que perdió dos aviones de combate y deberá reparar los pocos que le quedan sobre el terreno.

Para el día 25 era evidente que la resistencia davidiana era cada vez menor. Gaboa empezó a negociar por su cuenta con los lucasinos, que ofrecieron unas condiciones muy generosas a la ciudad a cambio de su rendición. El auroday 28 la ciudad sureña aceptó esas condiciones y dejó a Obuccine luchando en solitario -junto Gatecoast- contra los invasores.

El final[]

Durante los días 29 y 30, en Obuccine, cercada y sin provisiones para aguantar mucho más, una asamblea ciudadana se reunió y decidió empezar a negociar con los soldados lucasinos. Los militares davidianos, exhaustos y hambrientos, se negaron a prohibir las negociaciones e incapacitaron a sus oficiales, apoyando desde el día 30 un acercamiento a la República de Lucas. Viendo lo que sucedía en Obuccine, el pueblo de Gatecoast abrió sus murallas a los soldados lucasinos aceptando las mismas condiciones que Gaboa.

Finalmente, a las 00:18 del día 31, Obuccine permite la entrada de los soldados lucasinos sin oponer resistencia. Los atacantes, igual de cansados que los defensores, escenifican el final de la guerra con un apretón de manos entre el capitán lucasino Mark Evans y el cabo davidiano Paulo Schiammo.

Posibles consecuencias[]

La única causa conocida de la guerra fue la ambición expansionista de un estado en recuperación como la República de Lucas, que además según diversas fuentes[2][3] estuvo apoyada por estados como la República de David o el Ducado de Hugo. Pese a que a corto plazo no habrá una gran variación demográfica o económica, las consecuencias para la República de Lucas podrían ser muy importantes a largo plazo.

La RLU confirmó su recuperación, aunque esta tendrá que mantenerse hasta una hipotética IX Era Internacional. También amplió considerablemente sus territorios, aunque la actual distribución de los terrenos lucasinos es muy peligrosa puesto que es muy complicado defender posesiones tan alejadas unas de otras. Ese será sin duda otro punto a tener en cuenta hasta principios del año próximo.

Véase también[]

Referencias[]

  1. Únicamente aviones de reconocimiento.
  2. Estas fuentes apuntan a una posible financiación secreta del material militar lucasino.
  3. Ningún estado ha admitido públicamente su apoyo a la República de Lucas.
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